viernes, 1 de marzo de 2013

LEYENDAS

La Dama Misteriosa



Cuenta esta leyenda que, atraídas por el oro,  a Zaruma llegaban personas de toda índole desde tiempos coloniales. Entre ellas, una bella mujer señalada por la comunidad como pecadora y perseguidora de hombres. Jamás pisó la iglesia,  y cuando murió de manera inesperada unas damas caritativas la depositaron  directamente en  un hoyo del cementerio, porque el cura no quiso ni oír que una mala mujer entre al templo, pues éste podía reventar por la presencia de un cuerpo que era un fardo apretujado de pecados.
Pasado el tiempo, esta mujer pasó a convertirse en “alma en pena”. Se la veía por las noches alrededor de la quebrada denominada Juan Gómez y por el camino que conduce hacia la mina el Sesmo. Conservaba un cuerpo esbelto, un rostro hermoso, un cabello sedoso y ondulado, labios voluptuosos y un mirar coqueto. Los hombres que caminaban por dicho lugar, especialmente los mineros españoles y criollos, eran atraídos por  aquella figura y la seguían para cortejarla, sin jamás lograr alcanzarla. Por algún motivo sobrenatural, siempre mantenía una distancia frente al sátiro perseguidor.
En un punto cualquiera, la dama se detenía con manifiestas intenciones de corresponder a su pretendiente mostrando su hermoso rostro, mientras el emocionado galán quedaba extasiado frente a una radiante ninfa de hermosura indescriptible. De repente, sus ojos se perdían en la nada, dejando dos oquedades huesudas, sus encarnados labios caían para dejar sus dientes a la vista dibujando una sonrisa de tétricos presagios… el rostro iba desintegrándose poco a poco, prontamente, y el cabello sedoso y ondulado desaparecía quedando su cabeza en calavera y todo su tentador cuerpo en esqueleto. 
El pobre galán, con este cuadro de horror salía en arremetida fuga, era presa de convulsiones o pérdida de conocimiento cayendo pesadamente al suelo húmedo y frio de la noche.

EL NIÑO DELA HACIENDA







Se cuenta que en la Hacienda Sierra Hermosa en un área del interior de lo que era la casa grande de la hacienda se escuchan llantos de niño, llantos de ultratumba. Según se cree, son los llantos de un niño que fue asesinado por su tío y enterrado clandestinamente adentro de la casa.
Se dice que el llanto proviene del suelo, abajo del marco de una puerta entre un pasillo y el comedor. Cuentan que hace varios años, los inquilinos de la casa decidieron escarbar en ese punto no para buscar un tesoro, sino para tratar de encontrar los restos del niño y darle cristiana sepultura. Empezaron a escarbar y a menos de un metro de profundidad primero encontraron tubería, que es más reciente, y siguieron escarbando más abajo hasta que encontraron una piedra de cantera, tipo lápida. Todas las personas que estaban escarbando sintieron algo feo y decidieron ya no seguirle. Rociaron la lápida con agua bendita y la volvieron a cubrir.

Los llantos siempre salen de ahí. Por pláticas de antes se sabe que son los llantos de un niño chiquito que era el hijo de doña Manuela Moncada. Ella había fallecido tiempo antes y su hijo quedó bajo la tutela de su tío Francisco. Este niño iba a ser el heredero de Sierra Hermosa y de otras que habían sido propiedad de doña Manuela. Francisco era entonces el albacea y administrador de todos los bienes de su difunta hermana, y sabía que su sobrino iba a heredar todo esto. Como el niño estaba indefenso, entonces lo desapareció, lo mató a él o lo mandó matar y parece que sí lo sepultaron ahí. Todo hubiera quedado como un misterio sin resolver, pero los llantos de ese niño delatan que sí hubo un asesinato.

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