LEYENDAS
La Dama Misteriosa
Cuenta esta
leyenda que, atraídas por el oro, a
Zaruma llegaban personas de toda índole desde tiempos coloniales. Entre ellas,
una bella mujer señalada por la comunidad como pecadora y perseguidora de
hombres. Jamás pisó la iglesia, y cuando
murió de manera inesperada unas damas caritativas la depositaron directamente en un hoyo del cementerio, porque el cura no
quiso ni oír que una mala mujer entre al templo, pues éste podía reventar por
la presencia de un cuerpo que era un fardo apretujado de pecados.
Pasado el
tiempo, esta mujer pasó a convertirse en “alma en pena”. Se la veía por las
noches alrededor de la quebrada denominada Juan Gómez y por el camino que
conduce hacia la mina el Sesmo. Conservaba un cuerpo esbelto, un rostro
hermoso, un cabello sedoso y ondulado, labios voluptuosos y un mirar coqueto.
Los hombres que caminaban por dicho lugar, especialmente los mineros españoles
y criollos, eran atraídos por aquella
figura y la seguían para cortejarla, sin jamás lograr alcanzarla. Por algún
motivo sobrenatural, siempre mantenía una distancia frente al sátiro
perseguidor.
En un punto
cualquiera, la dama se detenía con manifiestas intenciones de corresponder a su
pretendiente mostrando su hermoso rostro, mientras el emocionado galán quedaba
extasiado frente a una radiante ninfa de hermosura indescriptible. De repente,
sus ojos se perdían en la nada, dejando dos oquedades huesudas, sus encarnados
labios caían para dejar sus dientes a la vista dibujando una sonrisa de
tétricos presagios… el rostro iba desintegrándose poco a poco, prontamente, y
el cabello sedoso y ondulado desaparecía quedando su cabeza en calavera y todo
su tentador cuerpo en esqueleto.
El pobre
galán, con este cuadro de horror salía en arremetida fuga, era presa de
convulsiones o pérdida de conocimiento cayendo pesadamente al suelo húmedo y
frio de la noche.
EL NIÑO DELA HACIENDA
Se cuenta que
en la Hacienda Sierra Hermosa en un área del interior de lo que era la casa
grande de la hacienda se escuchan llantos de niño, llantos de ultratumba. Según
se cree, son los llantos de un niño que fue asesinado por su tío y enterrado
clandestinamente adentro de la casa.
Se dice que
el llanto proviene del suelo, abajo del marco de una puerta entre un pasillo y
el comedor. Cuentan que hace varios años, los inquilinos de la casa decidieron
escarbar en ese punto no para buscar un tesoro, sino para tratar de encontrar
los restos del niño y darle cristiana sepultura. Empezaron a escarbar y a menos
de un metro de profundidad primero encontraron tubería, que es más reciente, y
siguieron escarbando más abajo hasta que encontraron una piedra de cantera,
tipo lápida. Todas las personas que estaban escarbando sintieron algo feo y
decidieron ya no seguirle. Rociaron la lápida con agua bendita y la volvieron a
cubrir.
Los llantos
siempre salen de ahí. Por pláticas de antes se sabe que son los llantos de un
niño chiquito que era el hijo de doña Manuela Moncada. Ella había fallecido
tiempo antes y su hijo quedó bajo la tutela de su tío Francisco. Este niño iba
a ser el heredero de Sierra Hermosa y de otras que habían sido propiedad de
doña Manuela. Francisco era entonces el albacea y administrador de todos los
bienes de su difunta hermana, y sabía que su sobrino iba a heredar todo esto.
Como el niño estaba indefenso, entonces lo desapareció, lo mató a él o lo mandó
matar y parece que sí lo sepultaron ahí. Todo hubiera quedado como un misterio
sin resolver, pero los llantos de ese niño delatan que sí hubo un asesinato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario